La Cueva de Cudón

Ha sido declarada Bien de Interés Cultural ya que, es un firme exponente en el Arte Esquemático del Paleolítico. Realmente se trata de una zona estratégica escogida por sus primeros moradores debido a su cercanía a la ría y marismas. Se cree que estuvo habitada desde la Prehistoria hasta la Edad Media.
La gestión de este recurso depende del Gobierno de Cantabria, fue investigada por primera vez por H. Alcalde del Río, H. Obermaier y J. Carballo en torno a 1930 y estos le atribuyeron unos 30000- 40000 años de antigüedad.
Recorremos unos 2 km. de trayecto en una visita a nuestros orígenes, en los primeros 500 m. hallamos sus “Santuarios profundos” donde podemos observar pigmentos rojos, pinturas negras, grabados…Con una técnica rudimentaria de contacto directo con el soporte han perdurado hasta nuestros días estas hermosas huellas que nos trasladan al comienzo del ser humano.
En 1963 volvió a ser objeto de análisis por el Seminario Sautuola, quienes descubrieron “macarroni” abstractos de gran elaboración. Se le atribuye al estilo pictórico de la cueva el adjetivo “anicónico”, es decir, una tendencia con ausencia de representaciones de animales, personas, creencias… quizá más sensorial, abriendo paso a una nueva vertiente donde las pinturas parecen poseer significados “existenciales”. Convivió con el arte rupestre, relacionado con motivos animales siendo una variante sociocultural diferenciada.
Nuevos estudios en los años 80 atestiguaron el hallazgo de materiales de las Épocas Visigóticas y Medieval.
Este pequeño núcleo entraña interesantes capítulos de nuestra historia. En tiempos del Imperio Romano se aprovechó como nexo de enlace entre la meseta y Santander. El flujo de personas y mercancías era habitual, los peregrinos utilizaban la “Barca de Cudón” para llegar a Suances y Santillana y continuar con su ruta a Santiago.
Es curioso ver cómo ha recobrado su auge el trasiego de peregrinos por los caminos de nuestros pueblos y reconocer cómo hoy en día su acceso a Santillana es más complicado que en tiempos de Plinio el Viejo (…).